Revolución neolítica
¡Hola, chiquis 👀!
¿Cómo estáis de lunes? Esto va muy rápido, pues ya pasamos el ecuador de mayo, vamos, que ya pasamos la mitad del mes.
Ya sabéis que en el Neolítico hubo una revolución, es decir, unos cambios muy gordos en la economía, la sociedad, la política y la cultura.
También vimos ya que la revolución empezó en la economía (actividades que hacemos para lograr alimento), pues descubrimos la agricultura y cómo domesticar animales. Esto supuso que dejamos de tener una economía depredadora (cogíamos lo que la naturaleza nos daba a través de la caza, pesca y recolección) a tener una economía productora (con la ganadería producimos la carne que vamos a consumir y con la agricultura, producimos los vegetales y cereales que tomaremos). Esto nos llevó a tener una mejor alimentación y a no estar continuamente intentando cazar animales que podían matarnos o dañarnos gravemente. Por eso, la población aumentó.
Esto nos llevó a una serie de cambios en la sociedad (el modo cómo vivimos), pues esperar a recoger lo sembrado y cuidar a los animales todos los días, nos obligó a vivir siempre en el mismo sitio, cerca de los campos de cultivo y de los establos y corrales. Así que dejamos de ser nómadas y nos iniciamos en el sedentarismo, que significa que ya vivimos permanentemente en el mismo sitio. Y como ya íbamos a vivir siempre en el mismo sitio, pues salimos de la cueva e hicimos casas con adobe. Varias casas, junto con sus campos de cultivo y establos, forman un poblado o aldea. Como había muchos trabajos que hacer, cada persona empezó a dedicarse a uno solo, aquel que se le diese mejor. Empezamos a diferenciarnos según el trabajo que hacíamos: gente ganadera, gente agricultora, gente artesana (que trabajaba con los telares, hacía cestos u objetos de barro).
Y nació el trueque, es decir, el intercambio de productos, como un comercio, pero sin moneda. Por ejemplo, si tú trabajabas la tierra, tenías mucho cereal, pero ningún lugar donde guardar ese cereal. Entonces intercambiabas el cereal por un cesto grande para guardarlo y transportarlo. También intercambiarás tu cereal por un vestido que haya hecho quien trabajaba en el telar. Es decir, es necesario, producir más de lo que necesitas para tí y tu familia y así poder cambiarlo por otros productos.
Estas diferencias sociales según en qué trabajases no suponían desigualdades al principio, pues todo el mundo era igual. Sin embargo, con el tiempo y jugando con esos productos que generabas de más, algunas personas empezaron a acumular ganado y tierras. Esas cada vez producían más y tenían más cereal, carne, leche, huevos, ..., para intercambiar. Entonces empezó el concepto de propiedad privada, pues unas personas tenían más y otras menos. Ahí fue cuando surgieron las desigualdades sociales.
Y esto nos llevó a un cambio en la política (quién decide por el grupo, por la aldea completa), pues esas personas que tenían más propiedades son las que terminaron mandando, convirtiéndose en jefes de cada aldea. Entonces, apareció el poder político, pues ya había una persona que mandaba, que tenía ese poder. Esto no impide que en momentos importantes hiciesen una asamblea o reunión de todas las personas que habitaban la aldea para tomar una gran decisión.
Finalmente, estos cambios tienen su reflejo en la cultura (pensamientos, creencias y manifestaciones artísticas): al aparecer la agricultura en nuestras vidas cobran gran importancia las fuerzas de la naturaleza que hacen posible que el cereal crezca sano o bien las que puedan acabar con la cosecha. Así, adorábamos al sol y a la luna (que marcan los trabajos agrícolas como poda, siembra, cosecha, ...), a la lluvia, el viento, al rayo,...
Sigue teniendo gran importancia la fertilidad, pero ya no tanto del grupo humano sino de la tierra. Es ahora cuando nacen los conceptos de las diosas-tierra, de la Madre Tierra. La tierra se representa como una mujer, pero ya no serán esas mujeres en su última fase de embarazo (como eran las diosas del Paleolítico).
Y en cuanto a los enterramientos, en Çatal Hüyük vísteis que enterraban a sus muertos bajo las casas; pero eso es raro. En la mayoría de las aldeas, los enterraban todos juntos fuera de la aldea, como si fuesen nuestros cementerios de hoy en día. A esos cementerios del Neolítico los llamamos necrópolis, que quiere decir "ciudad de los muertos".
Hoy la clase ha sido muy teórica. Ahora vas a releer la entrada despacio. Después vas a copiar este mapa conceptual en tu cuaderno y completarlo con lo aprendido hoy:
Mañana nos leemos. Pasad buen día 💜